sábado, 28 de julio de 2012

Viviendo el Día Fuera Del Tiempo.


Quizá lo había experimentado en años anteriores, probablemente, pero hasta esta ocasión no había sido consciente de las energías que se me han movido durante el cambio de año maya.
A principios de este 2012 tuve la clara intuición de que antes de que acabara el año tenía que actualizar mi contacto con algunas relaciones pasadas que en su momento, por diversas razones, había decidido aparcar. El resultado de esos encuentros no era lo más importante, bien decidiera mantener los contactos o no. Lo vital era extraer estas energías estancadas en el pasado y encararlas en el presente. Especulé con cumplir este propósito durante el año. Pero de pronto, surgió la urgencia interior de realizar estas visitas antes de que llegara el mes de Agosto.
Habiendo realizado semanas atrás el primero de los encuentros, las sincronicidades me pusieron en bandeja el poder afrontar el segundo, el más difícil, antes de acabar Julio. Cuando esto sucede, cuando me dejo llevar por la senda del fluir, no sólo se cumple lo deseado sino que la experiencia se desenvuelve en un entorno de tranquilidad.
Días antes del final del año maya pasé un período en que mi cuerpo me fue recordando, y de manera secuencial, en qué áreas tenía que poner atención. Primero una pierna, luego una mano, posteriormente el plexo solar y por último la cabeza. Quemazón, dolores, molestias, vértigo. Una tras otra, todas estas zonas de mi cuerpo fueron anunciando su estado de salud.
Y todo ello se complementó tan sólo horas antes del día D con un corte en un dedo y una lesión muscular en mi espalda. Nada grave. Pero ello me obligó permanecer en casa durante unos días, incluido el 25 de Julio.
Llegado el día, mis sensaciones eran de tranquilidad, de cierta serenidad. Sin proponérmelo me encontré visualizando unos videos  de alguien que no conocía anteriormente y que provocaron un cambio profundo en mi manera de enfocar el día a día. Esta manera diferente de vivir lo cotidiano me ha impulsado hacia una nueva dimensión. Hacia un nuevo mundo personal. Justamente la dirección hacia la que el nuevo año maya, Tormenta Resonante Azul, nos impulsa, nos propone, nos desafía.
En síntesis, el tránsito entre el final de un año, el día del No Tiempo y el inicio del nuevo año maya me ha hecho experimentar: los pasos para liberar una importante cantidad de energías estancadas en la recta final del año “viejo”; durante el día 25 –el Día Fuera del Tiempo- llevarme a un estado psicológico fuera de lo cotidiano -como si me hubiera elevado fuera de la influencia planetaria, más allá de la atmósfera, por encima de las “nubes mentales” creadas por nuestra Humanidad, cual satélite artificial- para recibir una nueva carga energética de mayor vibración; y al día siguiente iniciar el nuevo año incorporando la nueva energía para ponerla en movimiento.
Hermosa experiencia…